El tierno encuentro entre un párroco y una perrita ha dejado a todos sorprendidos y reflexionando sobre la conexión que tenemos con ellos. El Monseñor Edmilson José Zanin, un sacerdote de origen brasileño, compartió en su cuenta de Facebook una serie de fotografías que han capturado la atención de la gente.
Sucedió en la Iglesia Matriz de Aguas en Santa Bárbara, cuando el sacerdote llegó como de costumbre a preparar todo para la santa misa. Mientras se ocupaba de arreglar el altar, notó algo inusual debajo de él: una perrita descansando sobre la escultura de Jesucristo.
La perrita decidió quedarse allí durante toda la misa, durmiendo. El padre dijo que parecía encontrar protección y seguridad junto a la escultura de Jesús. Resultaba increíble ver la confianza y tranquilidad con la que el animal dormía, a pesar del flujo constante de personas. En ese momento, el sacerdote reflexionó sobre cómo nosotros también podríamos entregarnos a Jesús con la certeza de que siempre estaríamos seguros y protegidos en su presencia.
Las lecciones que los animales pueden enseñarnos son asombrosas. Incluso lloré durante la hora de la consagración cuando me acerqué y la vi debajo del altar. En lo profundo de sus ojos, pude ver los ojos de Nuestro Señor presente allí. Es un recordatorio para que reflexionemos sobre la presencia de Dios en nuestras vidas, comentó el padre Zanin.
La perrita era una callejera a la que el monseñor solía ofrecer agua y comida cuando se acercaba a la iglesia. Después de este evento tan especial, muchas personas de la comunidad han mostrado interés en adoptar a la perrita debido a la forma inusual en que fue encontrada.
La historia de esta perrita callejera es aún más sorprendente. Había desaparecido hace algunos días y no había vuelto a la iglesia para pedir comida. Sin embargo, de manera inexplicable, apareció en la puerta de la Iglesia.
Esta conexión ha dejado una profunda impresión en la comunidad, nos recuerda que la conexión entre los seres vivos trasciende las barreras y que, a veces, los mensajes más poderosos se encuentran en los momentos más inesperados. Este acto de amor y protección compartido entre el animal y la figura de Jesús nos invita a reflexionar sobre el papel que desempeña la fe en nuestras vidas y cómo podemos encontrar consuelo en los lugares más inesperados.