¿La gente que es «demasiado amable» es molesta?

En base a un estudio, la gente que es «muy amable» resulta ser irritante o molesta para algunas personas, hasta incluso llegar a ganar el desprecio de ciertos individuos. David Robson, experto de salud mental, investigó esta problemática social desde el punto de vista clínico y dio a conocer los resultados en una entrevista para el portal BBC Mundo.

Robson tenía la hipótesis de que los actos de la gente ‘demasiado amable’ generan sospecha. De entrada, cuando una persona no muestra cierta distancia ante los demás, la reacción inmediata de los seres humanos es sentir sospecha. Especialmente cuando la generosidad o amabilidad se siente exagerada o fuera de contexto.

Según él, para entender este comportamiento irracional, es necesario analizar el origen del altruismo desde el punto de vista evolutivo:

Según la psicología evolutiva”, explica Robson”, los comportamientos humanos programados deberían haber evolucionado para mejorar nuestra supervivencia y nuestra capacidad para transmitir nuestros genes a otra generación”.

Tal fue el caso del altruismo y la generosidad, según el corresponsal. En un principio, los actos de generosidad, calidez y amabilidad estaban pensados para fomentar relaciones sólidas dentro del grupo. Con el tiempo, esto “ayuda a construir capital social y estatus“, que a su vez, produce beneficios individuales, como ganar poder o protagonismo entre la comunidad. Los beneficios ‘egoístas’ del altruismo —aunque resulte paradójico— no se limitan al poder. Visto desde otro punto de vista, generar lazos de apoyo “está relacionado con el éxito reproductivo“, según explica Nichola Raihani, profesora de evolución y comportamiento en el University College de Londres.

La percepción de si alguien que es «demasiado amable» es molesto puede depender de varios factores, como el contexto cultural, las expectativas sociales y las interacciones personales. Aquí hay algunos puntos a considerar:

Culturalidad: En algunas culturas, la amabilidad excesiva puede ser vista como una virtud, mientras que en otras puede ser interpretada como falsedad o incluso como una intrusión en la privacidad personal.

Sinceridad: La autenticidad juega un papel crucial. Si la amabilidad se percibe como genuina y desinteresada, es menos probable que sea molesta. Sin embargo, si parece forzada o con segundas intenciones, podría generar incomodidad.

Contexto y situaciones: La percepción de la amabilidad puede variar dependiendo del contexto. Por ejemplo, en situaciones formales como negocios, una amabilidad excesiva podría ser vista como inapropiada, mientras que en entornos sociales informales puede ser más aceptada.

Interacción personal: La relación personal y la dinámica entre las personas también influyen. Lo que algunos pueden considerar «demasiado amable», otros podrían verlo como una cualidad agradable y reconfortante.

En resumen, mientras que la amabilidad en general es valorada positivamente, su percepción como «demasiado amable» puede variar ampliamente dependiendo de la situación y las personas involucradas. Lo importante es considerar el contexto y ser consciente de cómo nuestras acciones son recibidas por los demás.

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