Cuando se habla de fenómenos paranormales, como los duendes o fantasmas existen muchas creencias en torno a estos temas, esto puede llegar a asustar a mas que de una persona, es por eso que ante esta negativa, muchos ya optan por no creer en este tipo de cosas.
Sin embargo otras personas se lo toman muy en serio este tema, es por eso que hoy estaremos hablando de los duendes, ya que últimamente se ha hablado mucho de ellos y contaremos algunas de las señales que según algunos, pueden indicar que están en tu casa
A los duendes se les culpa mucho por la perdida de objetos valiosos, es por eso que si notas que tus pertenencias empiezan a desaparecer y sin razón alguna, aparecen en un lugar totalmente diferente, esta podría ser una clara señal de que hay alguno por ahí. se piensa que puede controlar de cierta manera a la persona, haciendo que se te olvide de cosas o que te sientas confundido en algunos casos, llevando a que estés desorientado con respecto a las cosas de tu hogar. Seguramente te has preguntado.
¿Son malos estos duendes?
La mayoría coincide que son seres de buen humor. Pero también existen aquellos duendes que son muy malvados, a los cuales no les importa hacerle daño a los humanos si es que estos los hacen enojar. Es por eso que lo mejor es evitar hacer cosas que los hagan enojar u ofenderlos, como por ejemplo, dudar de que existen, reírse de su apariencia o negar que tienen poderes sobrenaturales.
¿Entonces son malos los duendes?
Lo que se piensa es que no existen los duendes buenos o malos, estos reciben diferentes nombres dependiendo de la región en la que se encuentren, por ejemplo: En México son llamados «Aluxes», en Irlanda se los llama «Leprechaun» y en Noruega, son conocidos con el nombre de «Trolls».
Los duendes son conocidos en todo el mundo, se sabe que son traviesos, les encantan los lugares ordenados, los caramelos y sobre todas las cosas, aquellas casas en las que no hay energías negativas producto de las mentiras y las peleas.
¿Cuál es el significado tiene la palabra «duende»?
La palabra significa «dueño de la casa». Proviene de la forma de ser o costumbre que han adquirido estos seres mitológicos de creer que son los dueños de la casa en la que habitan, entrando en ellas sin permiso e intentando que no los encuentren o los vean, infiltrándose en varias partes y haciendo lo que ellos quieren.
